En un molde eché varios animales con agua ligeramente teñida de azul y lo metí al congelador. Es importante que los animales no floten. En nuestro caso sólo hubo que llenarles la panza de líquido para sacar el aire.
Estuvieron preguntado a "los mayores" y volvieron con varias ideas: fuego, sol...
La evolución de la actividad os la enseño en estas 9 fotografías:
1. Primero echaron agua. Estuvieron un rato decidiendo si era mejor echar agua de la piscina grande, que está más fría, o de la pequeña, que está más caliente. Incluso hubo un punto en que pensaron en bañarse en la grande y luego entrar a la pequeña porque siempre, cuando se bañan en la grande, la pequeña se calienta y cuando te metes el agua está calentísima!!! Jajajaja!! Me encanta escuchar sus razonamientos!!!
2. Después probaron a darle golpes con un palo mientras echaban más agua.
3. Empezaba a funcionar, porque conseguimos liberar al pulpo!!!
4. Buscaron algo "con punta" para golpear más fácilmente!
5, 6 y 7: vieron que lo que mejor funcionaba era golpear fuerte con el palo desde arriba
8. Pronto consiguieron sacar a todos los tiburones
9. Los pusieron al sol, para que se les derritiese el agua congelada que aún tenían en la tripa
Me encantó verles disfrutar, intentando dar con la idea adecuada. Se les ocurrieron montones de ideas, unas más acertadas que otras...
Y Nico también disfrutó mucho. Aprovechaba cuando los mayores iban a buscar utensilios para meter la mano y notar el agua bien fresquita!
Ésta me la apunto para repetirla el próximo verano!
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